No nos engañemos, a los TDAH normal nos aburre. Bastante. Nuestro cerebro simplemente no se activa con lo que es predecible, rutinario o sin chispa. Necesitamos retos, emoción, novedad… algo que nos haga sentir vivos.
Mientras que mucha gente se sienten cómodos con las rutinas y más seguros con lo prececible, quienes somos TDAH pensamos diferente, conectamos ideas de formas inesperadas y, aunque a veces el caos mental nos juega en contra, también es lo que nos permite ver el mundo desde ángulos muy diferentes.
Por eso os animamos a que no cambiés vuestra forma de pensar y sentir, por muy peculiar que le pueda resultar a otros. La autenticidad es una de nuestras cualidades, hagamos de ello una bandera.
